martes, 29 de mayo de 2007

Despertando

09 de abril, 2007:

"Tu egocentrismo te pide muchas explicaciones. Eso te impide callar la mente y regresar al camino en el que ya se te había colocado. Debemos romper con esa membrana que cada vez se está poniendo rígida al rededor de tu ser".

Me dijo Magaly cuando nos sentamos en la sala. Le pedí que me explicara el porqué Fidencio me había atacado en la cueva de las flores, cuál era el fin realmente.

"Reincides, Yef. ¿No te digo? Quieres buscar un significado a todo. Te crees el personaje principal, el héroe al que le sucede todo tipo de escenas fantásticas, ¿o me equivoco? Aún así, te seré algo breve con respecto al acto de Fidencio.

"Fidencio te atacó porque es lo que necesitas: un empujón. La vida nos golpea más fuerte de lo que nos golpearía una persona. Loreto le pidió a Fidencio que te golpeara para que descubrieras que ya es hora de despertar. Estás adolorido y no es tu cuerpo, sino tu energía".

Le dije a Magaly que empezaba a entender con respecto al acto de Fidencio. Me aplaudió y me vitoreó, que después de todo sí tenía la mente abstracta. Le pregunté cómo eran las señales que esperaba ver...

"Yef, de nada me sirvé aplaudirte, si luego-luego, caes en las preguntas bobas...
"Calla tu mente. Regresa a los objetivos que te habían impuesto. Te piden que seas sensible... supongo que ya sabes cuál es la definición del concepto... En fin, enfréntate a tus miedos. Lo que sí me preocupa, es que estás regordete. Necesitamos que empieces a hacer ejercicio..."

La verdad no entendía cómo Magaly podía ayudarme. Suponía que su nivel estaba igual al mío, pero me equivoqué, ya que ella era como en el karate: una cinta más avanzada a la mía. Cuando me empezaba a recordar los distintos eventos en los que yo triunfaba gracias a mi voluntad, supe que no iba a ser sencillo recuperarme.

Descubrí que Magaly durante todo la plática me hacía entender acerca de ser sensible.
"Te llegó la hora de volar..." me advirtió Magaly, y de repente se puso a cantar una extraña melodía, al parecer en mixteco.

"Sabes que el mixteco pertenece a la familia otomangue..." le comenté, sin embargo, pareció no importarle porque de repente cerró los ojos, y al volver abrirlos, despidió un fulgor extraño de color ámbar. Mi cuerpo se sacudió. Me vi nuevamente en la cueva de las flores, pero sin la presencia de Fidencio; Me percate que no estaba dentro de un recuerdo.

Ahí estaba Magaly en el interior de la cueva, cantando en mixteco; vi las pinturas rupestres despedir nuevamente ese brillo hipnotizante.

"Salta, Yef. Déjate elevar. Salta del cerro..." me pareció escuchar a Magaly pronunciar aquel mandato. Pero, al ver que no me movía, Magaly se levantó y me dijo que necesitaba el "empujón". Así que con las palmas de las manos, me golpeó en el pecho y salí disparado del cerro. Floté y sentí miedo, era obvio que no temblaba nada más por el aire frío de Tonalá.

Vi el cielo, estaba colmado de nubes rosadas; el sol ya empezaba a ocultarse... quise gritar "voluntad", pero pronuncié "Magaly".

La muchacha flotó hacia mí y me tomó del brazo, ambos surcamos el cielo.
"Quiero que te veas..."

Eso hice, me vi sentado en la biblioteca de la Universidad, ¿estaba leyendo?. Luego vi a una chica que conversaba conmigo, y yo le sonreía. Le comenté a Magaly acerca de la escena, y me instó concentrarme en donde yo estaba. Eso hice, y de repente al enfocar la mirada de mi otro yo, me ví corriendo en un cerro desierto.
"Eso, concéntrate en esa imagen..."

Empecé a sentir calambre en los pies. Le pregunté a Magaly que si todo esto era un sueño. Me dijo que no. Sin darme cuenta, dejé de correr. Me señaló que era hora de regresar, no a su casa, sino a Chetumal. Que mi reto ya me estaba llamando. Que me librara de toda preocupación, porque ya había visto las respuestas a todas mis preguntas. Me instó a que la aprovechara, que no era un ser cualquiera.

"Somos hijos de la noche, y tú Yef, has despertado..."

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