jueves, 9 de julio de 2009

Los mescaleros vencidos

Tenía muchas cosas que me pasaban por la mente en ese momento, cuando me fue revelado el concepto del refrenamiento, por ejemplo: el mescalero es un ser extraordinario únicamente cuando supera sus desafíos, pero como aprendiz, sigue siendo un ser ordinario, vulnerable, como en ocasiones me ha ocurrido: abandonar el camino del mescalero, comportarme como un ser ordinario, dejándome llevar por todo lo mundano, por los sentimientos, o por la opinión de la gente. Es así que me preguntaba, si esos desafíos, o confrontaciones con un maldito tirano, ¿el mescalero podía resultar vencido ante su contrincante? Fue así que le pregunté a don Gaspar, si alguna vez triunfaban los malditos tiranos, y si lo hacían, ¿destruían al mescalero que se les enfrentaba?

"Desde luego. Pero, los nauallis que sobrevivieron tuvieron que forzarse hasta el límite para encontrar nuevos caminos. Los nauallis usaban a los malditos tiranos no sólo para deshacerse de su importancia personal sino también para lograr la muy sofisticada maniobra de desplazarse fuera de este mundo. Ya entenderás esa maniobra después".

Le expliqué a don Gaspar que lo que yo le había preguntado era si, en el presente, en nuestra época, los malditos tiranos podrían vencer alguna vez a un mescalero.

"Todos los días. Las consecuencias no son tan terribles como las del pasado. Hoy en día, por supuesto, los mescaleros siempre tienen la oportunidad de retroceder, luego reponerse y después volver. Pero el problema de la derrota moderna es de otro género. El ser vencido por un remaldito tiranito no es mortal sino devastador. En sentido figurado, el grado de mortandad de los mescaleros es elevado. Con esto quiero decir que los mescaleros que sucumben ante un repinche tirano son arrasados por su propio sentido de fracaso. Para mí eso equivale a una muerte figurada".

¿Cómo mide usted la derrota?

"Cualquiera que se une al maldito tirano queda derrotado. El enojarse y actuar sin control o disciplina, el no tener refrenamiento es estar vencido".

¿Qué pasa cuando los mescaleros son vencidos?

"O bien se reagrupan y vuelven a la pelea con más tino, o dejan el camino del mescalero y se alinean de por vida a las filas de los malditos tiranos".

Al terminarle de contar aquella conversación con don Gaspar, a la mescalera, ella miró la hora y me dijo que ya era tarde. En realidad era medianoche. Le iba a preguntar si alguna vez se enfrentó contra un maldito tirano, y cómo fue, pero como si leyera mi mente, sonrió y me dijo: "Cuando eso sucedió, pensé que mi mundo llegaría a su fin. En realidad, gracias a la estrategia de los atributos, pronto descubrí que había otras cosas con las que podía mantenerme ocupada, y casi sin darme cuenta, comprendí que el amor, al igual que el dolor, tiende a disiparse, y es remplazado por algo emocionante".

El amor… me preguntaba a qué se refería. Pero la mescalera ya no quiso abordar más sobre el tema. Recogí mis películas, y nos despedimos. Quise preguntarle a la mescalera la finalidad de la visita; claro estaba que sólo era pasar un rato con alguien, entretenerse viendo películas. Pero cuando me di cuenta, ya había cerrado la puerta. Resoplé, y comencé a caminar. Abordé un taxi, y en el camino analicé aquella misteriosa respuesta. Una voz me invitaba a que no analizara nada, simplemente, tomara aquella respuesta como una recomendación. Sentí un enorme desahogo, mi esencia ardía, y sonreí mientras veía las luces de los autos a gran velocidad.

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