viernes, 3 de julio de 2009

Los malditos tiranos

Cuando terminamos de ver películas, le agradecí a la mescalera por centrarme en el tema de la importancia personal, era algo que había olvidado, sabiendo que era un término de enorme vitalidad para nuestro camino. Le comenté que don Gaspar me dijo en una ocasión que en los inventarios estratégicos de los mescaleros, la importancia personal figura como la actividad que consume la mayor cantidad de energía al no tener un objetivo claro de qué queremos lograr, o permitir que la opinión o el juicio de otras personas nos influyan al punto de afectar nuestros patrones de comportamiento, y que por eso uno se esforzaba por erradicarla. "Una de las primeras preocupaciones del mescalero es liberar esa energía para enfrentarse con ella a lo desconocido. La acción de recanalizar esa energía es la impecabilidad".

Dijo que la estrategia más efectiva fue desarrollada por los indiscutibles maestros de la contemplación, y que consiste en 6 elementos que tienen influencia recíproca. 5 de ellos se llaman los atributos del ser mescalero: control, disciplina, refrenamiento, la habilidad de escoger el momento oportuno y el intento. Estos 5 elementos pertenecen al mundo privado del mescalero que lucha por perder su importancia personal. El sexto elemento, que es quizás el más importante de todos, pertenece al mundo exterior y se llama el maldito tirano. Recuerdo que don Gaspar me miró como si en silencio me preguntara si le había entendido o no.

Le dije que estaba realmente perdido. Porque un día me dijo que Yolanda era la maldita tirana de mi vida. Le pregunté qué es exactamente un maldito tirano.

"Un maldito tirano es un torturador. Alguien que tiene el poder de acabar con los mescaleros, o alguien que simplemente les hace la vida imposible".

Don Gaspar sonrío con un aire de malicia y dijo que los nuevos nauallis desarrollaron su propia clasificación de los malditos tiranos. Aunque el concepto es uno de sus hallazgos más serios e importantes, los nauallis lo tomaban muy a la ligera. Me aseguró que había un tinte de humor malicioso en cada una de sus clasificaciones, porque el humor era la única manera de contrarrestar la compulsión humana de hacer engorrosos inventarios y clasificaciones.

De conformidad con sus prácticas humorísticas los nauallis juzgaron correcto encabezar su clasificación con la fuente primaria de energía, el único y supremo monarca en el universo, y le llamaron simplemente el maldito tirano. Naturalmente, encontraron que los demás déspotas y autoritarios quedaban infinitamente por debajo de la categoría de tirano. Comparados con la fuente de todo, los hombres más temibles son bufones, y por lo tanto, los naullis los clasificaron como malditos tiranos.

La segunda categoría consiste en algo menor que un maldito tirano. Algo que llamaron los malditos tiranitos; personas que hostigan e infligen injurias, pero sin causar de hecho la muerte de nadie. A la tercera categoría le llamaron los remalditos tiranitos o los malditos tiranitos chiquititos, y en ella pusieron a las personas que sólo son exasperantes y molestos a más no poder.

Las clasificaciones me parecieron ridículas. Estaba seguro de que don Gaspar improvisaba los términos. Le pregunté si era así. Agregó que la categoría de los malditos tiranitos había sido dividida en 4 más. Una estaba compuesta por aquellos que atormentan con brutalidad y violencia. Otra, por aquellos que lo hacen creando insoportable aprensión. Otra, por aquellos que oprimen con tristeza. Y la última, por esos que atormentan haciendo enfurecer.

"Todavía no has puesto en juego los ingredientes de la estrategia de los nauallis. Una vez que lo hagas, sabrás cuán eficaz e ingeniosa es la estratagema de usar a un maldito tirano. Te aseguro que no sólo elimina la importancia personal, sino que también prepara a los mescaleros para entender que la impecabilidad es lo único que cuenta en el camino del conocimiento".

Dijo que la estrategia de los nauallis era una maniobra mortal en la cual el maldito tirano es como una cúspide montañosa, y los atributos del ser mescalero son como enredaderas que trepan hasta la cima.

"Generalmente solo se usan los primeros 4 atributos. El quinto, el intento, se reserva siempre para la última confrontación, como diríamos, para cuando los mescaleros se enfrentan al pelotón de fusilamiento".

¿A qué se debe esto?

"A que el intento pertenece a otra esfera, a la esfera de lo desconocido. Los otros 4 pertenecen a lo conocido, exactamente donde se encuentran aposentados los malditos tiranos. De hecho, lo que convierte a los seres humanos en malditos tiranos es precisamente el obsesivo manejo de lo conocido".

Don Gaspar explicó que sólo los mescaleros que son impecables y que tienen control sobre el intento logran el engranaje de todos los 5 atributos. Una acción de esa naturaleza es una maniobra suprema que no puede realizarse en el nivel humano de todos los días.

"4 atributos es todo lo que se necesita para tratar con los peores malditos tiranos. Claro está, siempre y cuando se haya encontrado a un maldito tirano. Como dije, el maldito tirano es el elemento externo, el que no podemos controlar y el elemento que es quizás el más importante de todos. Mi benefactor siempre decía que el mescalero que se topa con un maldito tirano es un mescalero afortunado. Su filosofía era que si no tienes la suerte de encontrar a uno en tu camino, tienes que salir a buscarlo".

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