lunes, 26 de noviembre de 2007

Desiderium

Nuevamente de pie en el paradero, meditando las cosas que siempre me ocurren... Me refiero a las desconocidas. Me pregunto, ¿por qué suele ocurrir...? Cuando llegué aquel día a la biblioteca, la vi. Ella estaba revisando libros, supongo era para la tesis que tiene pendiente aún. Vi que me observó de soslayo. Había alzado la cabeza y la bajó de repente hacia su lectura. Cuando me acerqué algunos metros más, volvió alzar la cabeza, me vio y me dijo "hola", yo le correspondí y me alejé hacia otra mesa para poder concentrarme en mis lecturas, aunque muy adentro maldije porque no había sillas para poder acompañarla. Pretextos tenía demasiados, pero así pasó. Yo sé que realmente no estoy interesado por ella, pero algo muy lejano, quizá un sentimiento de atracción está germinando. Me repito varias veces que es en vano aquel esfuerzo de sentir algo por Ella. Pero por alguna razón mi cuerpo, siente las ganas de avanzar hacia ella, y platicarle de lo que sea. Contemplarla si es posible.

Sucedió que no me concentré en la lectura, pero sí en una reconstrucción de escenas ficticias en las que no aparecía una etiqueta que tuviera la leyenda: "en un futuro no muy lejano." Eran simulacros. Aquellos planes inútiles emergían y se convertían en una realidad dramática. Me vinieron comentarios ajenos a la mente, como si se trataran de citas textuales en los que yo, prácticamente me reflejaba. "No porque te sonría o te salude, significa que te está tirando el calzón, ya sabes que el Mono reacciona de tal manera cuando ve a unas viejas saludarle con animosidad. Recuerdas las paraguayas o la chica de bailes españoles... y cuando se da cuenta, que las invita al cine y toda la cosa, resulta que no era lo que pensaba" Era la voz de Ulises que resonaba en mi conciencia. Aquel comentario siempre lo citábamos y nos moríamos de la risa. Sin embargo, ya hablando en serio, yo sé que no me estaba equivocando. No estaba sucediendo lo mismo... ¿o sí?

Apliqué mis principios de mescalero. Algo tenía que frenar todo esto. Sí, lo encontré. Aunque luego me cuestioné. Se supone que estoy en un nivel en que mi seguridad me garantizaba éxitos con sólo realizar los actos correspondientes. No había probabilidad de cometer un error. Segundo, la respuesta a mis preguntas daban una solución infalible. Pero, ¿era justo aprovecharse de la situación? ¿Por qué estoy dudando? Supuse que era una fuerza en la que estaba involucrando mis sentimientos. ¿Miedo? Se suponía que no podía tener miedo. ¿Qué ocurría? La respuesta no aparecía. Creo que después de todo, yo estaba confundido. Terminé por optar que estaba jugando conmigo mismo. Vi la portada roja de mi libro y luego alzé la mirada hacia donde estaba ella sentada. Me estaba mirando también, y luego volvió a encerrarse en su lectura. Era mentira. Estoy pensando en cosas descabelladas....

Cerré los ojos y cuando los volví a abrir, la vi levantarse de su mesa. Se iba. Y yo me quedé sentado como si nada me hubiese importado. Cuando desapareció de mi vista. Escuché en mi mente: "He tenido sueños en el que me elevo, vuelo, sí vuelo hacia un lugar en el que reposa mi espíritu. Es mi esencia, ahí está, esperándome para poder sentirme completo. He tenido sueños en los que estoy leyendo libros y tengo charlas con gente que nunca he conocido; también he reconstruido escenas y rescatado memorias, pero al final, cuando despierto, no logro recordar absolutamente nada, salvo que lo soñé. Ahí estoy. Subo al techo. Miro al cielo y poco a poco me elevo. Surco la bóveda celeste y el aire es frío, acelero y avanzo hacia mi destino. Estos son pequeños destellos de un acto que aguarda por realizarse. Has llegado a una etapa en la que quieres actuar, pero te frenas y caes en conflicto, porque aún tienes cosas pendientes.... Don Goyo.... ¡¡¡Don Goyo me lo había dicho!!! Aquella misma noche que quise salir a despejar la mente, tres sombras me esperaban afuera de la casa.

Me saludaron, y reconocí la voz de Juanito. Éste último abrió un portal, y me dijo que no temiera, porque iría a un lugar que jamás había imaginado pisar. Que iba a ser un lugar cruel, pero que aún así, yo viviría aquellos sueños eternos que consternan mi mente, de una manera tan real, que pensaría que estoy más loco de lo que imaginaba.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi estimado fabirucho, deja de imaginar la vida y vívela, auque te duela en lo mas profundo de tu alma, al final tiene que valer la pena, al menos eso dicen pa no arrepentirse luego. No era yo el que hablaba, aunque era mi voz, sino tú por medio de lo que creías era yo jeje. No creo que se escuchen cosa en la cabeza que de principio no se crea por uno mismo.