jueves, 18 de octubre de 2007

Profesor Niño

Hacía mucho que no nos reuníamos en casa del profe Niño. Algo sirvió de pretexto, pero jamás me enteré qué fue. Ulises me llamó para avisarme que iría a casa del profe a las 18:00. Le dije que yo lo alcanzaría después. Según entendí, Ulises tenía que platicar con él sobre asuntos filosóficos, pero como siempre, esas tertulias están acompañadas de cerveza. Así que no podía faltar el "resto": Iram y yo, quienes fuimos los únicos que llegaron.

Ulises llegó temprano debido a que quería obtener la receta de una comida que había hecho el profe hace ya en una ocasión. Y eso fue lo que me serví cuando llegué: Macarrones con queso parmesano, acompañado con una Negra modelo. Platicaron acerca de la política; las evaluaciones y de las vicisitudes de los profesores de la Universidad. En realidad, fueron temas banales; quizá temas de los que siempre conversamos. Cuando se acabó la primera ronda, Iram decidió ir por más cerveza. Nos quedamos Ulises, el profe y yo. Hablamos acerca de Carlos Montemayor y su obra "Guerra en el paraíso", acerca de que mi gusto está en los cuentos del "Llano en llamas" y no en "Pedro Páramo" de Juan Rulfo... "¿Sigues siendo creyente?" Le dije que en realidad ese asunto me iba y me venía... como la regla, que sólo me vuelvo creyente cuando estoy en "mis días". Preguntó por la música, ¿algo en especial? Le dije que se me antojaba escuchar a Bob Dylan, Lay, Lady, Lay... Puso el segundo disco de The Essential of Bob Dylan, y cuando se sentó en la mesa, entró Iram con 3 canastillas de Negra modelo. Lay, lady, lay, lay across my big brass bed... Whatever colors you have in your mind... I'll show them to you and you'll see them shine... y te recordé: tu mirada, tu voz y aquellos días de mala racha, aquellos días en que me sentía acompañado...

Confesé que esa melodía me había llegado al fondo. Why wait any longer for the world to begin... You can have your cake and eat it too... Why wait any longer for the one you love... When he's standing in front of you... El profe Niño me preguntó por qué, pero cambié de tema y le dije que las melodías de Dylan me recordaban a la novela "The Catcher in the Rye" de J. D. Salinger. Pero el día, este día, estaba más loco como para leer los poemas de Tristan Tzara. Fui al baño, y cuando regresaba a la mesa, me topé con la foto de la familia del profe. Jamás había visto a su esposa e hijos. Sentí que cada día algo se revelaba, y que conocías el lado humano (y ya no misterioso) de los puntos de referencia.

En eso, llegó Agustín, cubano, y con más cerveza. Recordé que tenía una clase de maya en la mañana. Mi cuerpo reaccionó y decidí dejar de beber. Me dio la impresión de que Agustín, había planeado algo con el profe. "¿Los conoces?" Me apuntó a mí, dijo que sólo a mí me recordaba. Volvimos hablar de literatura (escuchamos a Eli Regina, y después a Sheryl Crow), hablaron de Cuba, y después de que todos los profesores de la UQROO son unos personajes. "¿Escribes?" Le dije que había publicado unos versos libres en el cartapacio, y hablaron de la poesía regional, de la última presentación del libro que se hizo en el auditorio de la Universidad. La contrastación entre los jóvenes y los adultos. Las amantes. Los divorcios... tesis... parecía un remolino todo. "Hay gente joven que se viste como viejo, y actúa como viejo..." "Al final serán como nosotros, es inevitable..."

Ulises dejó de beber también. Cada vez que Agustín brindaba, Ulises alzaba el salero. "Sí, todo es alegría..." Ulises corrijió... "Todo debería ser alegría...", y yo dije en voz alta: "¡Carpe diem!" y Agustín volvió a brindar. ¿De qué estaban hablando? Por el acento cubano de Agustín, Ulises no entendía los chistes.

Le dije a Ulises que era mejor largarse, era la 1: 00 am, y yo tenía la clase programada a las 7: 00. Llegué a casa, y lo primero que hice fue tirar las cosas, desvestirme y desplomarme en la cama. Tenía pocas horas para descansar. Entre mis sueños volví a reconstruir las conversaciones. Sentía un dolor en mi pecho. A pesar del aire del ventilador, sentía mucho calor en el cuerpo. Sé que ya estaban todos borrachos, pero aún así volví a participar en mis sueños... y me levanté. Consulté la hora: 3:53 am... Sentí asco. Me fui al baño, y vomité, y mientras lo hacía me venían las frases de Agustín, quizá eso mismo me había provocado el asco. Era increíble, no había tomado mucho y sentía como si hubiese tomado como en un fin de semana. 5: 00 am. Me levanté y me fui a duchar... Descifré: La misma comida, las mismas tertulias, todo es un ciclo. Todo de nuevo... ¿un presagio?

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí,”Todo de nuevo”. Presagio, no.