lunes, 3 de diciembre de 2007

La memoria y nosotros

¡Memo, viejo amigo! ¿Qué tal? ¿Cómo has estado, pana? Hacía mucho tiempo que ya no te había visto. Ya ni recuerdo la última vez. Sólo recuerdo aquellas veces en que me dijiste que ibas a tener un hijo, y que trabajabas en Mahahual. ¡Qué cosas! Mírate nomás. Siempre que pongo aquellas rolas que básicamente son el soundtrack de la época, me vienen a la mente esos recuerdos, cuando la Burra, Silvan, tú y yo nos sentábamos cerca del asta, allá en la explanada de la secundaria, y veíamos a toda la chamacada dar vueltas y vueltas durante el receso.

«Sí. ¿Tú crees que todavía no me acuerdo? Si son las cosas que uno mantiene en la memoria, frescas, así, como si hubieran pasado ayer... je.» Sí, Memo. Yo aún las recuerdo. Incluso aquella frase que dijo Cambranis, el profe de Física. «¿Chocomilk?» Ja ja ja, sí, ese mero. Dijo: Lo que siempre tendrán en su mente, es el recuerdo de la Secundaria. Y fíjate, tenía razón. Yo todavía me acuerdo de todos esos cuates y profesores que aportaron su granito de arena en toda esa historia inolvidable. «Sí, yo todavía me acuerdo de esos güeyes.» Recuerdas, Memo. ¿Recuerdas cuando nos pasaban adelante, y nos burlábamos de la maestra Gabriela? «Ja, ja, ja, la Polla. Cuando le gritabas "se cree la mamá de los pollitos".» Sí, pronunciaba la "r" como afrancesado, y para el colmo era maestra de Español, je. ¿Recuerdas a Quintal, el de Historia? «Cómo no. Cortinas. Sus pantalones hechos con telas para cortinas. Aún recuerdo cuando nos acercamos con los plumones permanentes, y le pintamos su portafolio. Ja ja ja» Sí, y cuando tú tenías curiosidad de saber qué tanta porquería cargaba en su portafolio. «Oye, sí. Puro papel viejo, papel revolución. Aún recuerdo cuando ese cabrón tenía gripa, y me pidió una papel o una servilleta. Ja, Silván le dijo que nadie tenía y le pasaron una hoja de libreta. El güey sacudiéndose la nariz con esa hoja, y cuando nos dimos cuenta, tenía pelada toda la nariz.» Sí, no le hagas. Y cuando a Reyes, el de Artes plásticas le gritábamos Peperami; cuando entró al salón aquella vez le grité: ¡Peperami! y se acercó a mí y me dijo: "¿Qué, no te han partido la cara últimamente?" «Ja ja ja, sí. No manches. Un profe midiéndose con un chamaco, qué vergüenza.» Y yo le respondí que qué le pasaba. Sí era a mí a quien le decían "peperami", porque era el único "José" del salón. Cuando revisó la lista del grupo, efectivamente, se dio cuenta de que no estaba inventando. «Y la Burra: Nos hubieras dicho para partirle su madre. Jajajaja.»

Yo siento que por Peperami nos llevaron al bote aquel día. Pero fue mi culpa. Si no le hubiera agarrado rencor a Azael, ¿lo recuerdas? «El chilango, sí me acuerdo muy bien de él, pero no entiendo, ¿cómo estuvo eso?, que yo sepa, por quedarse a bucear la burra y el resto en la fuente, la chota nos cayó.» Sí, pero yo insistí. Le tenía coraje a Azael porque andaba ligando a Natalia; y Patty le estaba ayudando, dizque porque hacían bonita pareja. «¡Esa vieja! ¿A poco fue por la nalgalia? Recuerdo cuando nos dijiste que te gustaba, y te pusiste muy salsa en que se lo dirías. Ja, ja, Kene, Silvan y yo, te llevamos de agüevo frente a ella y sus amigas...» Sí, no le hagas, sentí gacho. Se me quedó viendo y yo callado. Obviamente ya sabía todo acerca de mí. Porque Carolina, una de sus amigas, me preguntó en una ocasión si me gustaba Natalia; yo no dije nada. Pero ella me dijo que no tenía nada de malo, si es que tenía sentimientos. Que es válido tener sentimientos. «¿Eso te dijo?» Pero, bueno, el caso es que yo le dije a la Burra que le diéramos su bienvenida a Azael. Y ya ves, pasó lo que pasó. Cuando me salí de la fuente, Silvan me dijo que era mejor largarnos porque presentía que nos iba a caer la chota. Dicho y hecho. Aunque al final, el Azael resultó ser un buen cuate.

Recuerdo cuando la maestra Zenaida te sacó al sol porque no dejabas de platicar. La Burra no dejaba de carcajearse porque el sol había encendido tus orejas de dumbo. Estaban rojas. «Sí, maldita vieja. De eso bien que me acuerdo.» Cambiando de tema, ahora que recuerdo, yo estaba tan embobado con la Natalia que tuve que cambiarle a la Burra su lugar en la prepa. «¿A poco sí? Estabas idiotizado con esa vieja, eh» Sí. ¿Qué cosas, no? Y qué recuerdos. «ay, y esta cosa que me tienta usarla.» No le hagas, Memo, y esa onda de dónde la sacaste. ¿Pues a qué te dedicas? «Es sólo un arma, no exageres. Es para defenderse, ¿no?» Pero... bueno, te entiendo. Yo igual ando armado. Quizá esto nos hace sentir más seguros, más valientes... «No te creas. No la he usado. Esto nada más atrae cosas peores, y me hace sentir como en algo en que no seré yo al final...» Entonces, guárdala. No vaya a suceder que en la guía de personajes aparezca tu fecha de desaparición... «Ja ja, sí, no apareceré para la próxima temporada...» Recuerdas a ¿Lucy Paulina? «La que hablaba como Marge Simpson... claro.» Pues fíjate que su voz se debía a que había nacido mal del corazón. No lo sabía, me lo dijo una vez su prima. «¿la Basofia?» Ja ja ja, ese fue de seguro Kene. Me cae que sí.

Recuerdo el olor a cigarrillo, cuando te acompañaba saliendo de la escuela, en esos lugares que frecuentabas para jugar las maquinitas. Te privabas. Y lo peor de aquel día que salimos después de darte tu buena dosis de King of Fighters, nos encontramos a Motor, tu pandillero favorito. Como siempre, te puso aquella navaja cerca de tu cuello, y te tomaba de los cabellos. Al final tenía que darle mi dinero para que no te hiciera nada. Una de las cosas que no me gustó es que hayas conocido a Erick, ya ves, nada más te corrompió. Al final resultó que vendía mota y lo atraparon. Siento que él tuvo la culpa. Ibas en un buen camino, pero preferiste seguirle los pasos hasta cambiar de planes. Tu modo de vida. En fin, cada quién tiene su sendero diferente... Recuerda, Memo. This weapon is your life... «Ja ja ja, sigues de FilosoFER....»

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