miércoles, 10 de junio de 2009

Universo interno

Somos lo que pensamos.
Todo lo que somos surge con nuestros pensamientos.
Con nuestros pensamientos, hacemos nuestro mundo.

BUDA


Abrí los ojos a causa de la alarma de mi despertador. Reflexioné en mi habitación, sentado en la cama, acerca del optimismo. La mescalera había advertido que me encontraba en un peldaño del pesimismo. Creo que toda mi vida se ha forjado a través de esa visión y que yo disfrazo como realismo. Había caído en la conclusión que las explicaciones de la mescalera en aquel parque, había despertado en mí un gusto muy extraño por experimentar lo arcano. ¿Acaso ese deseo era el optimismo?

Cerré los ojos y caí sobre mi almohada, aún había suficiente tiempo para vestirme y largarme de la casa. Escuché el susurro de la mescalera, y repentinamente mis manos fueron a parar cerca de mi ombligo. Sentí un hormigueo agradable, que al abrir los ojos, me encontré en un plano oscuro, del cual comenzaron a surgir motas brillantes, como si me encontrara en el universo, o mejor dicho, en un universo interno.

El susurro me exhortaba a reflexionar acerca de todos los pensamientos que fluían en mi mente, que debía elegir las palabras correctas para conformar mi pensamiento, pues un pensamiento produce un efecto en el universo interno y se dispara hacia el infinito. Por eso hay que elegir bien las palabras para liberar un pensamiento. El universo está conformado de pensamientos, y dado que el universo funciona exactamente de la manera en que lo pienso, debo pensar positivamente. Al desarrollar la capacidad de pensar positivamente, mejora el mundo en que vivo.

Abrí los ojos, y miré mi teléfono celular. Medité si era posible, si habría respuesta, me sonreí. Piensa positivo, piensa en que te contestará. No, algo en mí no estaba de acuerdo. Me preparé un licuado, al salir de ducharme. En la mesa recapacitaba, nada se puede dejar al azar. ¡Piensa como mescalero! Miré la hora, el tiempo no me presionaba afortunadamente. Luego de vestirme, estaba decidido, pero algo seguía deteniéndome. Tomé el libro que tenía pendiente en finalizar y leí los últimos capítulos de COLUMBUS de Ignacio Solares. Al terminar, mi mente había callado, sólo corría el pensamiento optimista. Sin dudarlo envié el mensaje.

0F14: Hola, lo siento, pero estoy pensando en ti. ¿Cómo estás? 081524
0H17: Hola, amigo, bien gracias. Preparándome para ir al trabajo. ¿Tú cómo estás? 081606
0F14: Bien. Vaya, yo creí que ya estabas en la Universidad. Qué bien. ¿Ya menos atareada? 081947
0H17: Lo que pasa es que tengo que asistir a un curso hoy, así que me iré hasta más al ratito, porque ya no vuelvo a mi casa sino hasta en la noche. Ayer estuve en el filtro después del trabajo. 082401
0F14: Qué cosas con eso de los filtros. Qué lástima, pero bueno, así es la chamba. 083143
0F14: Bueno, que tengas mucho ánimo y no termines cansada. Buen día, y gracias por dejarme saber cómo estás. 084132
0H17: A ti gracias por tus buenos deseos, pero a veces no tengo saldo, jeje, la mayoría de las veces, así que disculpa por los mensajes no contestados. Tú también que tengas un excelente día. 084334
0F14: Gracias. 084614

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