lunes, 10 de noviembre de 2008

Susurros (pensamiento de un hombre común 5)

Hace ya algunos meses, había leído la historia de un personaje que estaba cumpliendo cincuenta años de vida, y durante todos los relatos que se van desenvolviendo, el personaje reflexiona acerca de su vida, de sus logros, de sus desesperaciones, que al final de todo se da cuenta que lo que vivió cuando era un pibe, eso no era realmente la vida. La vida, a sus cincuenta años, apenas estaba comenzando. Se dio cuenta que tomaba la vida sin seriedad y con la premura de experimentar todo. Sin embargo, ahora que lo ve bien, la vida no se vive con prisa, ni se experimenta nada más porque sí. Piensa ahora que por su edad, tiene que ser más precavido.

Ahí veo reflejada mi vida, si ahora vivo con ciertas reservaciones, ¿cómo seré dentro de cincuenta años? Siento que ahora estoy construyendo un universo en el que al final me volveré el espectador. Me he dado cuenta que para poder avanzar, a veces hay que sacrificar. Es muy doloroso, es verdad, pero la recompensa (porque existe. Quiero creer que existe) vendrá, pero no existe fecha precisa que diga "aquí serás feliz." Luego pensé si he vivido mi vida con prisa... no lo sé. Pero lo que sí sé es que en mi camino he visto bastantes cosas. Cosas que a veces presiento que van a repercutir en mí.

Admito que a veces tengo miedo, ¿y quién no? pero mi miedo es no poder avanzar, quedarme atrapado en un solo lugar, y con el mismo pensamiento de todos los días. Veo a la gente que a veces recurre a mí para desahogarse, y finalmente pienso: ¿Es acaso nuestra culpa? ¿Decir con toda sinceridad a la gente lo que nos está acabando, lo que nos está destruyendo por dentro?

Yo digo que Sí es sano. Es sano decirle a la gente qué está pasando en nuestro mundo. Pero no es sano que llenen de ponzoña nuestra mente, que nos desanimen, que nos digan que renunciemos a lo que aspiramos (pero a que a fin de cuenta nos aflige) pero es por eso que hay que sufrir para poder avanzar. Odio que nos roben la fe. Creo que nada es correcto. Si abres la boca y dices lo que piensas, o bien salvas vidas, o bien destruyes vidas. Pierdes todo. Todo por culpa de una mala interpretación.

¿Cuál es entonces la solución? ¿Quedarnos callados siempre?
Todas estas preguntas ocurren y se olvidan. Al final te ríes y todo parece olvidarse. Pero sientes un pequeño vacío de que nada está bien.

Entonces, alguien me dijo: "REGRESA, Y ESFUÉRZATE POR PERDER LA FORMA HUMANA".

0 comentarios: