miércoles, 14 de enero de 2009

La Oscuridad de la conciencia (2)

Según don Gaspar, el ser humano siempre pierde por abandono. En el caso de las premisas de los nauallis, creía que el hombre común se pierde una enorme oportunidad de expandir su conciencia, y que la forma en que el hombre común se relaciona con el universo, la vida y la conciencia es sólo una de entre una amplia gama de opciones.

Para el mescalero, recapitular significaba dar a una fuerza incomprensible (la oscuridad de la conciencia) exactamente lo que ella pedía: sus experiencias de vida, es decir, la conciencia que han incrementado a través de, precisamente, esas experiencias de vida. Dado que don Gaspar no lograba explicarme ese fenómeno en términos de la lógica corriente, me dijo que a todo lo que los nauallis podían aspirar era a lograr la proeza de retener su fuerza vital sin saber cómo se hacía. También dijo que había miles de nauallis que lo habían logrado, que habían retenido su fuerza vital después de haber entregado a la Oscuridad la fuerza de sus experiencias de vida.

Para don Gaspar, esto significaba que aquellos nauallis no murieron en el sentido en que habitualmente entendemos la muerte, sino que trascendieron reteniendo su fuerza vital y desapareciendo de la faz de la tierra, embarcados en un viaje definitivo de percepción.

Creían los nauallis del linaje de don Gaspar que, cuando la muerte se produce de esa manera, todo nuestro ser se convierte en energía, un tipo especial de energía que retiene la marca de nuestra individualidad.

Don Gaspar trató de explicar esto en un sentido metafórico, diciendo que estamos compuestos por una cantidad de naciones individuales: la nación de los pulmones, la nación del corazón, la nación de los riñones, y así sucesivamente. A veces, cada una de estas naciones trabaja independientemente de las demás, pero en el momento de la muerte se unifican en una entidad única. Los nauallis del linaje de don Gaspar denominaban a ese estado libertad total. Para ellos, la muerte es unificadora y no aniquiladora, como para el hombre común.

“Ese estado, ¿es la inmortalidad?”

“No, de ninguna manera eso es inmortalidad. Simplemente es el ingreso en un proceso evolutivo, utilizando el único medio de evolución de que dispone el hombre: la conciencia. Los nauallis de mi linaje estaban convencidos de que el ser humano no podía seguir evolucionando biológicamente; por lo tanto, consideraban que la conciencia es el único medio para la evolución. En el momento de morir los nauallis no son aniquilados por la muerte, sino transformados por seres inorgánicos: seres que tienen conciencia pero carecen de un organismo. Para ellos, ser transformado en un ser inorgánico constituía una evolución y significaba que les era conferido un nuevo e indescriptible tipo de conciencia, una conciencia que duraría por muchos millones de años, pero que también, algún día, debía de ser devuelta a la fuente que la había brindado: la Oscuridad de la conciencia".

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