lunes, 2 de noviembre de 2009

La Regla del Naualli: la partida del Naualli

En gran medida, los mescaleros son el resultado de la manipulación implacable del naualli. Puedes comprender que, después de algunos años de esa constante presión, la forma de un grupo, e incluso el matiz luminoso que va tomando la energía de cada uno de sus componentes, se hacen muy específicos. Es por eso que existen tantos linajes de nauallis. Pero todos tienen, básicamente, el tipo de Partidas piramidales que te he descrito, ya que la experiencia ha demostrado que ésta es la fórmula más estable.

¿Cuál es la finalidad de una Partida? Desde el punto de vista del Infinito: explorar, verificar y acrecentar la Regla. Cada generación de mescaleros debe dejar su huella, porque la Regla es acumulativa. Es normal que los linajes lleven un
diario de incidentes donde los nauallis apuntan sus descubrimientos.

El interés básico de todo organismo es reproducirse. Por lo tanto, una forma de definirlo, sería decir que la Regla es el esquema de un proceso reproductivo. Lo que busca es la perpetuación de la conciencia, algo que, a partir de cierto punto, no puede hacerse por cauces individuales. Los recursos que personalmente adquiere cada mescalero durante su entrenamiento, son logros secundarios.

Desde el punto de vista de los nauallis, el objeto de agruparse es forzar el paso a otro nivel de atención, ya que sin masa energética no hay vuelo.

¿Me preguntas si los mescaleros solitarios no tienen posibilidades? No. Lo que quiero decir es que una Partida puede llegar más lejos. El objetivo ulterior de los mescaleros es el salto definitivo al Infinito, la liberación de toda forma de interpretación. La cantidad de energía que hace falta para esto sólo se puede lograr mediante un consenso especial de masa crítica, a fin de generar los acuerdos necesarios para compactar la energía.

Sin embargo, como muchas Partidas no consiguen llegar a su plenitud energética, los nauallis han construido un oasis habitable dentro del sueño suspendido, un enorme edificio de intento en algún punto alejado del ensueño, adonde van los nauallis en solitario o en pequeños grupos. Yo le llamo
la Bóveda solar, porque tiene esa forma a la vista, pero don Gaspar prefería llamarle el Cementerio de los Nauallis.

¿Por qué le llamaba así? Porque quedarse a vivir en ese espacio implica la muerte literal del naualli. En un sentido nada alegórico, se trata de un cementerio. Aunque quienes eligen ese destino hayan logrado la expansión de la conciencia por un enorme periodo de tiempo, tendrán que prescindir de ella cuando llegue el momento.

Así que, para muchos nauallis, el objetivo inmediato de la Partida suele ser la Bóveda solar, con la esperanza de poder usarla como un puerto de paso donde se acumulan provisiones para una gran expedición. Para llegar hasta allí no es necesario que todo el grupo parta de una vez. En ocasiones los mescaleros eligen marchar de uno en uno. En ese caso, pueden retornar parcialmente, en tanto no se complete la totalidad de la estructura energética del grupo.

Como comprenderás, los desafíos en que los mescaleros se involucran durante su existencia humana son apenas el preludio; lo tremendo viene después. No me preguntes a qué se dedican mientras permanecen en aquel mundo, a ti te sonaría como un cuento de hadas. Lo importante es que todas sus actividades están regidas por la Regla.

El mecanismo de la Regla es impersonal, carece de bondad o compasión. No tiene más objetivo que su propia continuidad. Dejándose seducir por las analogías, los antiguos nauallis cometieron el error de identificar a la Regla con sus interpretaciones particulares, y terminaron adorándola y erigiendo templos en su honor. Los nuevos repudiaron todo eso. Al explorar la Contemplación, desempolvaron la esencia de ser Naualli y redescubrieron la meta de la libertad total, que no se parece en nada a las metas religiosas. Eso borró en ellos la fascinación por la forma humana, pero tuvo un efecto secundario que ya te he explicado: el desenfrenado entusiasmo de los antiguos fue sustituido por actitudes furtivas y de desconfianza.

El efecto de la Contemplación sobre las Partidas terminó traicionando los móviles iniciales. Con el tiempo, el objetivo de la libertad total llegó a plantearse sólo en forma retórica. Casi todos los nauallis del linaje de don Gaspar prefirieron el vuelo al sueño suspendido. Ninguno de ellos quiso privarse de la aventura y el éxtasis de visitar la Bóveda solar, construida de intento allá, en una de las estrellas de la constelación de Orión.

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