lunes, 18 de mayo de 2009

Ergatividad

Ofrecí mi ayuda para asesorar a Beatriz en su exposición sobre el tema de la ergatividad. Hacía tiempo que ya había hablado sobre ese tema en la Universidad. Me había mencionado que su profesora le había advertido que el tema tenía una enorme dificultad, y yo, para bajarla de esa enorme nube negra, le dije que no se preocupara, pues se lo explicaría de una manera sencilla. Le facilité algunas lecturas, artículos y análisis que había hecho sobre el tema. Y tras una breve charla, me animé a preguntarle por ella. “Está en su trabajo, ¿dónde más? La pobre tuvo que venirse temprano a la Universidad porque como todos los administrativos, está en los puestos de prevención funcionando como filtro escolar”.

Filtro escolar… Hacía unas semanas que se había desatado la psicosis de la pandemia “influenza”, cosa que no me he tragado, aunque digan que es verídica. Tampoco quisiera comprobarlo, pero debido a este fenómeno, la hermana de Beatriz estaba aplicando pequeños cuestionarios básicos del estado de salud, y dando pases para el acceso a las instalaciones. Le mencioné a Beatriz que su hermana al parecer era una chica ocupada, siempre la veía de un lado para el otro. Beatriz se sonrió. Entonces aproveché a preguntarle: ¿Dónde me dijiste que está trabajando? “En la secretaría técnica de docencia…”

Al escuchar eso, mi mente sintió un cosquilleo y activó una carcajada silenciosa. Me di cuenta de que por eso ella no salía del edificio de Rectoría, pues... ¡nunca estuvo allí! Ella estaba encerrada trabajando en un cubículo del edificio de Humanidades. Todo este tiempo estuve esperando en el lugar equivocado. Así jamás me la iba a encontrar. Me reí a sabiendas y Beatriz me descubrió. “¿Cuándo te piensas animar?” Le comenté sobre mis experiencias, la manera de buscar el momento de acercarme a ella, pero a Beatriz sólo le provocaba risa. Yo sabía que no se burlaba de mí, simplemente, igual que a mí, las cosas me parecían jocosas.

Recordé que cierto día en la biblioteca estaba leyendo algo sobre Religión, cuando la vi entrar saludando. Cuando pasó cerca de mi mesa, saludó. Yo atrapado en mi lectura, al escuchar su voz, miré de soslayo y vi que era ella alejándose a otra mesa. Rápidamente le correspondí el saludo, y ella al virar a verme me saludó, pero luego al mismo tiempo escuché que alguien igual le correspondía el saludo. Al parecer, no era a mí a quién había saludado, sino a un chico que estaba mesas atrás de donde yo estaba. Me sentí apenado, pero de cualquier manera, la saludé accidentalmente y ella me había correspondió.

El tiempo se escurría, y mientras platicaba con Beatriz, las preguntas sobre su hermana no cesaban. Me interesé por la tesis en que su hermana estaba trabajando; me lo explicó y quedé sorprendido. Momentos después, apareció ante nosotros: blusa roja, jeans, con sus bolsas y laptop. Me saludó, y le preguntó a Beatriz si ya había terminado. Beatriz dijo que faltaba poco, aunque en realidad, la sesión había finalizado. Ella se sentó a mi lado, y yo me levanté para retirarme. Sin embargo, su voz inquisidora me bombardeo, y comenzamos a platicar. Le hice saber que el tema de su tesis me parecía interesante. Ella comenzó a explicarme, y mientras la escuchaba, las palabras se convertían en meras melodías. Disfrutaba de cada palabra melodiosa sin saber el significado que encerraban.

Nos levantamos los tres, mientras le seguía exponiendo mis opiniones, y ella con su terminología de Derecho no dejaba de alucinarme. Fue una conversación de lo más agradable. Jamás me había imaginado esta escena después de tanto tiempo. Beatriz reía a sabiendas por lo que ocurría, y al alejarme de ella, Beatriz me musitó: “Al parecer, hoy fue más que un hola…” Creo que en mi rostro se dibujo una enorme sonrisa de oreja a oreja. Sin embargo, no pude decir más, sólo despedirme… y pensé… ¡Todo por el caso de la ergatividad!

1 comentarios:

[Saori] dijo...

Epa!!!! esto va mejorando wiiii!!! porfa no vayas a empezar con tus 10 min de pesimismo eh! Animo Animo!. Por cierto, q es ergatividad? O_o