martes, 7 de octubre de 2008

Enemigos inorgánicos

Estaba en ese lugar oscuro al que de repente mi conciencia denominó: El infinito. Yolanda me había trasladado a ese lugar, según ella, para rescatarme de un terrible abismo al que estaba a punto de caer y transformarme en una sombra. De acuerdo con los argumentos de Yolanda, mi naualli estaba luchando internamente contra unos enemigos inorgánicos, los cuales (al mismo tiempo que Yolanda me sentaba para explicar a fondo el peligro y solución) estaban rondando en aquel tétrico lugar.

Son nuestros enemigos, y tenemos que cuidarnos de ellos. En estos momentos te atacan porque has olvidado muchos de los preceptos, ¿y cómo sabemos que te están atacando? Por la actitud que estás manifestando: tu agresividad no es nada más que la manifestación de un enemigo inorgánico. Quiere destruirte para poder saltar a otro ser orgánico y absorber su energía. Ésta es su manera de sobrevivir”.

Le confesé a Yolanda que nunca había oído a nuestros benefactores hablar de ellos. Sin embargo, refutó, estaba equivocado; si no habían hablado de ellos, era porque había estado presente ante tales seres. “Tú como aprendiz quizá los viste de cerca, como unos entes gigantescos, oscuros, que siempre te intimidaban. No dudo que hasta fuiste vigilado por esos enemigos en tu entorno: universidad, habitación o incluso en los mismos mundos a los que Gaspar y Celestino te habían llevado”. Comencé a recordar…

“¿Cómo me están atacando?”
Cierra los ojos. En este mundo debes ver con los ojos del naualli, no con la mirada de tu mundo. Ahora puedes verlos…”

Cuando cerré los ojos vi entes oscuros flotar alrededor de nosotros, eran millones de ellos, quizá cubrían aquel plano en el que estábamos. “Ahora no pueden atacarnos, porque te estoy protegiendo. Al penetrar en estos mundos, dejas abierta la puerta a tu universo, por eso ellos aprovechan a salir del suyo y devorar la energía que les regalas, siempre de manera inconsciente, claro. Pero por supuesto que la voracidad de estos seres no es nada dolorosa, al contrario, para que no lo notes, te dan a cambio ciertos ensueños, ya sean eróticos, fantásticos y sensacionales. Lo peor de todo es que cada vez que absorben nuestra energía, les damos la capacidad de imitar una imagen, y convertirse en formas cuasihumanas como podrás ahora observar…”

Miré alrededor y aquellos entes que eran oscuros de repente adoptaron la forma de mis familiares, amigos y conocidos. Me sentí con odio y con tristeza al mismo tiempo, que hasta tuve ganas de levantarme y golpear a los farsantes, pero Yolanda me detuvo, dijo que me calmara. Al reaccionar de esa manera no hacía nada más que regalarle energía aquellos seres. “A pesar de que ya eres un naualli, no has perdido tu forma humana. Por lo tanto no puedes controlar tu energía. Es decir, todo daño lo haces personal”.

“¿Cómo puedo contrarrestarlos?”
Al parecer tienen una debilidad. Ellos mismos se la han generado al absorber nuestra energía: nuestras pasiones. Así como un ser orgánico, ellos también le temen a la soledad. Buscan compañía, y una vez que forman una sociedad, como la que tenemos frente a nosotros, buscan su individualidad…”

Te han sembrado miedo y agresión. Por eso, ahora que te deje aquí frente a ellos, tienes que aplicar estas acciones: Ser coherente al actuar y al hablar. No tomes nada personal. Ninguna ofensa, ni una herida, las hagas personal. Recuerda que te atacan con una farsa, para hacerte sentir mal. Recuerda: eres como un espejo, él no te ve. Él no está interesado en ti; ataca su reflejo, por lo tanto el problema no es tuyo, sino de él. No supongas nada, ni des nada por supuesto; el mundo es un misterio, no lo olvides. Si dudas, aclara esa duda; si sospechas, pregunta… Haz lo mejor posible, y vuelve sin tu forma humana”.

Sólo un último punto: Los enemigos inorgánicos aprovechan nuestro diálogo interno para situarse en el lugar escogido y proyectarse. Trata de no hablar contigo mismo en este mundo”.

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